miércoles, 8 de octubre de 2014

NOVELA

EL DON

CAPÍTULO 11

EMPIEZA EL PLAN

Uno de los secuestradores fue a llevarle la comida a Ricardo, esté en cuanto lo vió entrar sacó el cuchillo y se le pusó en la garganta:

-Ni un movimiento o te mató. Vamos junto a tu compañero.

Subieron unas escaleras y llegaron a la parte de arriba, estaba el otro secuestrador  en una mesa, encima tenía la pistola, hizo ademán de cogerla:

-Quieto donde estás o mató a tu compañero. Voy a salir y a llevarme vuestro coche, pero antes quiero que me enseñeis la cara, porque si habeís matado a Marta volveré a por vosotros.

Los dos se quitaron las capuchas. Ricardo salió afuera, tiró al suelo al secuestrador y subió al coche y se fue a su piso. Lo primero que hizo al llegar fue llamar a Marta, esta fue a su piso:

-Hola Ricardo, ¿cómo estas?

-Yo bien tuve suerte consegui escapar gracias al cuchillo. Ya te dije que me haría falta. ¿Y tú cómo estas?

Marta tenía el hombro izquierdo en cabestrillo:

-Estoy bien, esto no es nada, estaba preocupada por ti. ¿Sabes que querían?

-Dinero supongo.

-¿Vas a denunciarlo?

- No, no quiero a la policía haciendo preguntas, tenemos que liberar a los rehénes, voy a mandar otro mensaje a Mónica explicando porque no asistí a la cita.

-Bien yo me voy, me avisas cuando sea la cita.

-Vale.

Marta se fue y al subir al coche llamó por teléfono:

-Diga.

-Eres un chapuzas, casi haces que me maten y encima Ricardo ha escapado. Tienes suerte de que no te denuncie.

-Dijiste que querías que fuera realista para que no desconfiara de ti.

-No me referia a que casi me maten capullo, y lo de que se haya escapado, ¿cómo lo justificas?

El hombre colgó:

-Eso cuelga imbecil, está visto que sólo yo puedo parar esto, ¿pero cómo?

Al día siguiente Ricardo llamó a Marta y le dijo que había quedado con Mónica a las doce de la noche en su piso para evitar riesgos de otro intento de secuestro. Marta llegó a las once y media y a las doce menos cinco llamaron al timbre de la puerta. Ricardo y Marta estaban sentados en el salón esperando:

-Voy a abrir Marta es ella.

Fue a abrir:

-Hola Mónica gracias por venir. No te quedes ahí pasa.

-Ya es que estaba esperando a que me invitases a pasar si no no puedo. Los vampiros sólo podemos entrar en las casas si somos invitados a pasar.

-Perdona olvide que...

-No pasa nada.

Fueron al salón:

-¿Y está? Dije solos.

-Una amiga, es de confianza.

-Nunca me hablaste de ella. Es tu nueva amante.

-Ya te lo dije una amiga.

-Bueno vale tus amigas son mis amigas. Soy Mónica.

-Lo sé. Yo Marta.

-Acabemos rápido porque tengo hambre y me huele la sangre de la herida de tu amiga. Me gustaría arrancarle las vendas y chupar la sangre del hombro lentamente.

Ricardo y Marta pusieron caras serias:

-Oh, vamos chicos era broma. ¿Hablamos del plan?

-Vale -dijo Ricardo. Yo conseguiré un avión con cortinas en las ventanas para poder viajar de día. El piloto es de confianza, no hará preguntas. Debemos partir cuánto antes. ¿Cuántos hombres forman tu ejército?

-Diez, creo que llegarán para acabar con un par de mulsumanes.

-Serán algo más creo.

-Es igual nosotros somos más fuertes aúnque seamos menos, además no pueden matarnos, recuerdas.

-Si. Tienes razón.

- Vale pues entonces de acuerdo, sólo tengo una duda, ¿qué hacemos con los musulmanes, les matamos o los convertimos en vampiros?

-Matales así no volverán a secuestrar a nadie.

Marta pusó cara de espanto:

- Por dios Ricardo.

-Por si no te has dado cuenta secuestraron a tres personas si los dejamos vivir lo repitaran. Además si mandaran un ejército de las Naciones Unidas, ¿qué crees que harían?

-Detenerlos e interrogarlos a los que quedasen con vida, pero veo que vosotros vais con la idea de matar a todo  musulman que se os ponga delante aúnque se rinda.

-Pues si Marta porque nosotros no somos la ONU, no tenemos carceles para meterlos.

-¿Y porque no dejas que haga el trabajo quien lo tiene que hacer?

Mónica pusó mala cara y dijo:

-Ricardo pensé que estaba de nuestra parte.

-Lo está, pero aún no sabe que a veces ciertas cosas exigen pequeños sacrificios. Bueno entonces, ¿trato hecho?

-Vale Ricardo, pero nada es gratis quiero algo a cambio.

-Pideme lo que quieras.

-Te lo diré despues de que hagamos el trabajo, tú dame tu palabra de que me darás lo que te pida.

-La tienes.

Marta habló:

-Por dios Ricardo cómo haces tratos con ella sin saber lo que te va a pedir.

Mónica habló:

- No te metas puta, Ricardo ya es mayor de edad para saber lo que hace.

Ricardo habló:

-Mónica por favor. Será mejor que te vayas ya te llamaré cuando lo tenga todo listo y tu Marta intenta llevarte bien con Mónica. ¿Podrás?

-Lo siento Ricardo nunca me he llevado bien con los muertos.

Una semana después despegó desde el aeropuerto de Santiago un avión privado con el piloto, Ricardo, Mónica, diez vampiros cinco hombres y cinco mujeres y Marta. El rumbo Afganistán. La misión rescatar a Soledad y a los otros dos rehénes sin dejar testigos.

-¿Tendrá éxito el rescate?

-¿Qué le pedirá Mónica a Ricardo a cambio?

-¿Se llevarán bien algún día Mónica y Marta?



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