miércoles, 22 de octubre de 2014

NOVELA

EL DON

CAPÍTULO 13

PONTIFEX MAXIMUS

Ricardo estaba que no se lo podía creer. Marta dijo:

-Oye a lo mejor entre los demás alguien sabe pilotar.

-Esta bien vamos a preguntarselo.

Salieron de la cabina del piloto y fueron a preguntar si había algún piloto:

-El piloto ha tenido un accidente así que necesito saber si alguien de vosotros sabe pilotar un avión.

Uno de los vampiros levantó la mano:

-Bien pues vete a pilotar.

Mónica dijo:

-¿Ricardo se puede saber qué le ha pasado al piloto?

-Ya te lo dije un pequeño accidente.

-¿Qué le pasó?

-No pudo con la tensión del rescate y se suicidó.

-¿Y Marta no pudo hacer nada para evitarlo?

-No, cuando se dió cuenta ya era tarde.

-Lo mismo digo Ricardo cuando te dés cuenta de quién es realmente también será tarde.

-Dejalo ya quieres y vamonos de aquí, la misión ha acabado.

Pasó una semana desde el rescate, Ricardo estaba en su piso durmiendo y en sus sueños revivió el asesinato de Mónica.

"Al abrir la puerta del cuarto de baño lo que vi me dejó helado, mi novia estaba tirada en el suelo en un charco de sangre con el teléfono en la mano derecha y un guante blanco encima del pecho. Alguien la había asesinado, en ese momento tuve un escalofrío porque caí en la cuenta de dos cosas, la primera que tuvo que ocurrir mientras yo estaba con el vidente porque justo antes de ir hable con ella por teléfono, dios si no hubiera ido al vidente Mónica estaría viva porque los dos teníamos que estar comprando el regalo de boda para su amiga..."

Ricardo pegó un grito y despertó empapado en sudor, se levantó y llamó a Marta. Está llegó en una hora:

-Pasa Marta, gracias por venir.

-De nada, ¿qué pasa ahora?

-Dos cosas la primera que te la iba a decir hoy igual y la segunda de la que me he dado cuenta hoy. No sé cómo he podido ser tan tonto y no darme de cuenta antes.

-Pues cuentame.

-Lo primero es que he quedado hoy con Mónica para decirme lo que quiere por ayudarme con el rescate...

-O sea que vamos a tener problemas y gordos.

-Marta por favor no creo que me vaya a pedir nada imposible.

-Espera y verás. Tengo un mal presentimiento.

-Bueno la segunda cosa es la siguiente, hoy soñe con el asesinato de Mónica y caí en la cuenta de una cosa.

-No me irás a decir que sabes quién fue.

-Pues sí lo sé, no yo, pero sé de alguien que lo sabe.

-¿Quién?

-Es que no lo ves, Mónica se acuerda de toda su vida, con lo cual ella sabe quién la mató. Estoy seguro que tiene que saberlo.

-Y si lo sabe, ¿por qué nunca te lo dijo?

-No lo sé, pero hoy a las doce de la noche lo averiguaremos.

-Pues vale nos vemos está noche.

Las doce menos diez, Mónica fue la última en llegar. Ricardo fue a abrir la puerta:

-Pasa Mónica.

-Gracias por la invitación, pero ya me invitaste una vez a pasar, y con una sola puedo volver a entrar siempre que quiera.

-Solo te estaba recibiendo como te mereces.

-Gracias Ricardo.

Los dos se sentaron en el sofá, en frente estaba en un sillón Marta.

-Veo que tienes compañia. ¿Qué tal Marta, sabes si se ha suicidado alguien más?

Ricardo dijo:

-Por favor Mónica vamos al grano.

-Como quieras. Bien esto es lo que quiero por haberte ayudado en el rescate...

-Un momento antes tengo que hacerte una pregunta. ¿Quién te mató? Y no me digas que no lo sabes.

Mónica no se esperaba semejante pregunta, durante una milésima de segundo Mónica miró a Marta y luego dijo:

-Sí lo sé, pero no voy a decirtelo, porque haber muerto ha sido lo mejor que me ha pasado. Ahora soy inmortal y eternamente joven y no como esa zorra de hay que dentro de 50 años estará llena de arrugas. Como comprenderás no voy a delatar  a la persona que me ha hecho el mayor favor de mi vida.

-Vale, pero hemos encontrado a otra persona asesinada igual que tú, creemos que puede haber un asesino en serie. (ver capítulo 4) Y puede que los demás no hayan tenido tú supuesta suerte de convertirse en vampiros.

-Pues yo sí, así que no me importan los demás. Ahora escuha esto es lo que quiero por tu ayuda...

-O me lo dices, o no hay trato.

-Con quién crees que estás jugando, si no cumples tu palabra mataré a los rehénes que hemos rescatado y a todo las personas que conoces, empezando por esa fulana que está hay sentada. Esto no es un juego, está claro.

-Vale, bien, ¿qué quieres? No será para tanto.

-Quiero al Papa.

-¿Qué?

-Quiero al Papa.

-¿QUÉ?

-Quiero al Papa.

-Mónica si no fuera porque eres un vampiro pensaría que has tomado demasíado el sol.

A Marta le dió un ataque de risa. Ricardo acabó contagiandose y le pasó igual.

-Quiero al Papa Ricardo. Va en serio.

Los dos dejaron de reir y se miraron el uno al otro. Ricardo dijo:

-Perdona, pero es que estamos un poco perdidos. No te sigo. ¿Qué quieres decir con quiero al Papa?

-Veo que ya empiezas a entrar en razón. Te lo explicó, es muy fácil. Verás el mayor enemigo de los vampiros y de la oscuridad es la iglesia, por lo tanto debemos controlar la iglesia. Si controlamos la iglesia controlaremos el mundo. Y el jefe supremo de la iglesia es el Papa, si lo controlamos a él controlaremos la iglesia. Mi plan es el siguiente, primero convertiremos al Papa en uno de los nuestros y una vez el Papa sea un vampiro, se reunira con todos los presidentes mundiales y el Papa los convertirá uno a uno en vampiros, con lo cual todos los lideres del mundo serán vampiros y dominaremos el mundo entero. La mitad de la población mundial trabajara para nosotros como esclavos y la otra  mitad la usaremos como comida, tendremos toda la sangre fresca que queramos. ¿Qué te parece mi plan?

-Es muy interesante, ¿has pensado en escribir una novela?

Mónica cambió su cara y se transformó en vampiro. De su boca salieron dos enormes colmillos:

-Ya te dije que no es un juego, me estoy cabreando. Tomatelo en serio o de aquí no salis con vida.

-Vale, vale tranquila, solo era una broma. Pero no entiendo para qué me necesitas. ¿Qué tengo que hacer yo exactamente?

-Muy sencillo, necesitamos que alguien nos llevé hasta el Vaticano y nos invite a pasar, sino no podemos entrar. Pero antes de eso tendrás que sacar todas las cruces que haya en el Vaticano, sino tampoco podremos llegar hasta el Papa, y también tendrás que convencer a su santidad de que se quite todos los crucifijos que lleve encima. Esa es tu parte del trabajo. ¿Está claro?

-Sí, lo está.

-Bien pues hoy es justo día 1, te doy un mes de plazo para que cumplas tu parte. Hasta luego, avísame cuando el Vaticano esté vacio de cruces. Chiao Ricardo, que te lo pases bien con Marta.

Mónica se fue:

-Bueno Ricardo, ¿y ahora qué? ¿Vas a colaborar en el fin del mundo?

-No tengo ni puta idea de lo que voy a hacer Marta.

-¿Qué hará Ricardo ahora?

-¿Le entregará el Papa a Mónica?

-¿Dominarán los vampiros el mundo?

 


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