miércoles, 13 de agosto de 2014

NOVELA CAPÍTULO 3

EL DON

CAPÍTULO 3

LA DEUDA

.Las deudas del pasado siempre deben ser pagadas.

Hace 10 diez años

2.002, en un piso cualquiera de Santiago de Compostela.

Ricardo llamó al timbre, le abrió una chica de poco más de 18 años, si es que los tenía ya. Llevaba unos vaqueros cortos y un jersey amarillo. La chica invitó a Ricardo a entrar y le dijo que le siguiera por el pasillo. Llegaron a una habitación en penumbra con las presianas bajadas, solo había la luz de una pequeña lamparita de color azul. Se rompió el hielo, empezó ella primero a hablar:

- ¿Cuánto tiempo deseas? 50 media hora y 90 una hora.

- No he venido a eso.

- Entonces, ¿a qué has venido? ¿No serás poli, no? No puedes hacerme nada soy mayor de edad y hago esto porque me dá la gana, ¡te enteras!

- He venido a ayudarte Marta, a sacarte de este mundo y darte una vida mejor.

- ¿ Cómo sabes mi nombre y que coño te importa una puta como yo? Además, ¿cómo piensas ayudarme y que te hace pensar que este mundo no me gusta?

- A ninguna mujer puede gustarle esto, además tengo mucho dinero y puedo buscarte un buen trabajo y un lugar mejor donde vivir.

- No me has contestado a la pregunta, ¿por qué quieres ayudarme?, suponiendo que lo necesite.

-Te lo diré algún día, de momento no puedo decirte nada, ¿vas a aceptar mi oferta o no? No me iré de aquí sin ti.

En la actualidad

Zaratrusta está muerto en el piso de Ricardo.

Y ahora, ¿qué coño hago?, si llamo a la policía si que me encierran porque ya es demasiado raro encontrar dos muertos en  tres días y encima la poli ya me tiene echado el ojo con lo de la secta. Vamos que no puedo llamarles, pero algo tengo que hacer. De repente se me ocurrió la solución, cogí el móvil e hice una llamada.

- Si, diga.

- Hola Marta soy yo Ricardo, no sé que hacer estoy en un lio y necesito que me ayudes.

- Por ti lo que haga falta Ricardo ya sabes que tengo una deuda pendiente contigo desde hace diez años. Por cierto, ¿cuándo me vas a decir por qué lo hiciste?

- Uno de estos días, pero ahora tengo cosas más importantes de que preocuparme. Necesito que cojas tu coche y vengas hasta mi piso, lo metas en el garaje y me ayudes luego a bajar un paquete. Sin preguntas de ningún tipo, ¿vale?

- Vale, por ti lo que sea, voy para ahí.

Tardo media hora en llegar, aúnque a mí me pareció un día entero. Como es lógico se asustó un poco al ver el cuerpo de Zaratrusta, pero no hizo preguntas.

- Gracias por venir, bien esto es lo que haremos, me ayudaras a envolverlo en una alfombra y entre los dos cogemos el ascensor lo metemos en el maletero y vamos hasta Orense. ¿Aún tienes el pantano que heredaste de tu tío?

Sí, contesto ella algo muerta de miedo y bastante acojonada.

- Bien pues iremos hasta allí y lo tiramos al pantano.

Me miró fijamente con sus ojos negros brillantes y dijo:

- Esto es una broma tuya, ¿no? Anda dile al tío ese que ya se puede levantar.

- Ojála lo fuera, pero no lo es, ese no se levanta más.

Por un momento al ver su cara pense que Marta también la iba a palmar de un infarto. Por suerte reaccionó, envolvimos entre los dos a Zaratrusta en la alfombra, cogimos el ascensor, lo metimos en el maletero del Renault Megane de Marta y nos fuimos en dirección al pantano de Orense. No hablamos mucho por el camino.

- Ricardo, solo curiosidad,¿ por qué no hemos usado tu Mercedes para esto?

- Ya sabes que no me gusta que nadie que no sea yo lo lleve y yo ahora no estoy para conducir.

Ni una palabra más nos dijimos. Tardamos dos horas en llegar creó, porque me pareció una eternidad. Al llegar a Orense nos metimos por una carretera vieja y luego por un camino de monte hasta llegar al pantano. Paramos y sacamos la alfombra, los dos miramos a todos los lados unas veinte veces por si nos veía alguien. La cogimos entre los dos y nos acercamos al pantano para tirarla. Marta dijo:

- Ricardo estás seguro de que no hay otra solución.

- Sí, después de encontrar a mi novia muerta no puedo decir a la policía que encontré otro cadaver.

- Este hombre tiene familia, lo buscaran, piensa en ella. Si quieres lo dejamos en medio del monte y yo diré que lo encontré paseando. No me dirán nada yo nunca he encontrado ningún cadaver.

- Es mejor tirarlo, hazme caso.

- Yo creo que mi idea es mejor. Decide, ¿pero piensa bien lo que vas a hacer?

¿Qué decisión tomara Ricardo, tirara a Zaratrusta al pantano o hara caso a Marta y lo dejara en medio del monte para hacer creer que lo encontro Marta?

¿Por qué ayudó Ricardo a Marta a salir de la prostitución?

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