miércoles, 20 de agosto de 2014

NOVELA: CAPÍTULO 4

EL DON

CAPÍTULO 4

EL MILAGRO

. En la vida pueden ocurrir milagros inesperados.

A pasado un mes desde que Marta y yo tiramos el cuerpo de Zaratrusta en el pantano de Orense. Todo iba bien hasta que en  los telediarios y en los periódicos no se empezó a hablar de otra cosa, más que del milagro. Ahora os cuento. Llamé a Marta para hablar con ella, estamos en mi piso de Area central:

- Supongo que ya lo sabes Marta, pero por sí acaso aquí tienes el periódico de hoy.

Se lo pasé y lo leyó. Esto es lo que ponía:

LA VOZ DEL PUEBLO                                                     

Siguen las curaciones en el misterioso pantano de Orense.
Desde que hace unos días un niño xordo se metió en el pantano para coger su pelota que se le había caído al pantano y desde entonces recuperó el oído, multitud de gente va todos los días para curarse de sus enfermedades, los hay que incluso aseguran que gente desahuciada de enfermedades graves al meterse en el pantano recuperaron por completo su salud.

Nadie se explica a que se deben estas extrañas curaciones, ya que hasta ahora nunca había ocurrido tal cosa y algunas personas enfermas aseguran haberse caído en el hace años y no haberse curado, sin embargo ahora han vuelto a meterse en el y se han curado...

 

-Bueno, ¿qué dices a esto Marta?

-Pues que está claro, al tirar a quien quiera que sea, es lo que provoca las curaciones.

-Venga ya no me digas que crees esas tonterias, seguro que es algún listo que se está forrando con todo esto. Escucha hay que evitar que la gente siga metiendose, no vaya a ser que encuentre alguien lo que no debe. ¿Me entiendes no?

- Si y, ¿ qué quieres hacer?

-  Pues fácil tu eres la dueña , pon un letrero de propiedad privada y ya está y si siguen llendo denuncialos o es que quieres acabar en la cárcel, imaginate que encuentran el cuerpo.

- Vale tienes razón, pero hay dos problemas, primero imaginate que la gente se cura de verdad, no podemos impedirles pasar si es así.

-Por Dios Marta, no seas tan ingenua por favor.

-Hay una manera de saber si es verdad Ricardo, tu eres cojo, metete y si se te pasa es que es verdad y ni tú podrás negarlo.

- No me hace falta, además a mí lo que me importa es que encuentren el cuerpo y a ti también debería importarte más que a mí. Es tu terreno.

- No ya no. Lo vendí a la semana de tirar el cuerpo por si algún día lo encontraban.

-¡ Qué has hecho que!

- Estaba preocupada ya te dije yo que era mejor dejarlo en medio del monte, pero tú don listo ni caso.

- Vale doña inteligente, ¿a quién se lo vendiste? Lo volveré a comprar y acabaré con esto.

- A un señor de Orense.

- Pues llevame hasta allí.

- Vale y no piensas meterte en él a ver si es verdad.

- No me j... Marta, lo que me importa es prohibir la entrada a la gente antes de que acabemos en la cárcel, no será tu propiedad, pero tú me ayudaste a tirarlo, ¿está claro?

- Si señor muy claro.

Cogimos mi coche y fuímos para alla. Tardamos dos horas en llegar. Paré el coche en donde me dijo Marta:

- Es hay.

Era una casa vieja de piedra, parecía la casa de Psicosis.

- Vale vamos.

Nos acercamos a la casa, tenía la puerta abierta.

- ¿Cómo se llama el tio?

- Pues, no me acuerdo. Está abierta pasa, creo que peor no nos puede ir.

- Pasamos, no vimos a nadie y miramos por toda la casa, al mirar en la cocina Marta casi se desmaya, el dueño estaba tirado en el suelo en medio de un charco de sangre y con un guante blanco encima del pecho. Estó me produjo un escalofrío, es lo mismo que le pasó a Mónica, ¿será obra de un asesino en serie?

¿Qué harán ahora Ricardo y Marta? ¿Hay un asesino en serie?



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