lunes, 3 de noviembre de 2014

UNA HORA DE TU TIEMPO

-Papá ¿Cuánto ganas por hora?
El padre dirigió un gesto muy severo al niño y repuso:
-No me molestes, que estoy cansado.
 
-Pero ... papá –insistía- dime, por favor, ¿Cuánto ganas por hora?
La reacción del padre fue menos severa. Solo contestó:
Ocho euros por hora.
 
-Papá ¿Me podrías prestar tres euros?
El padre montó en cólera y le dijo:
-Vete a dormir y no me molestes.
 
Había caído la noche.
El padre había meditado lo sucedido y se sentía culpable y, queriendo descargar su conciencia dolida: se asomó al cuarto de su hijo. En voz baja preguntó al pequeño:
- ¿Duermes hijo mío ?
- Dime Papá.... (contestó entre sueños).
- Aquí tienes el dinero que me pediste (respondió el padre).
 
El pequeño le dio las gracias y metiendo su manito bajo la almohada sacó un billete.
-Ahora ya completé el dinero.... tengo ocho euros.  ¿ Me podrías vender una hora de tu tiempo?

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