miércoles, 26 de noviembre de 2014

NOVELA

EL DON
CAPÍTULO 20
AMOR Y ODIO

Al enterarse Marta de la muerte de Mónica fue comprensible y de mutuo acuerdo decidieron aplazar la boda para otro momento mejor. Despidieron a los invitados y cogieron un taxi, fueron a cambiarse de ropa y después al hospital. Allí les esperaba una sorpresa.
Ricardo entro en el hospital seguido de Marta y se dirigió a una enfermera:
- Buenos días, mire me acaban de llamar diciendo que a muerto una persona.
- Si,¿digame como se llama la persona que ha fallecido?
- Mónica Alvedro Sanchez.
-Ah,me temo señor que hay una confusión, se han equivocado al llamarle, la que ha muerto es otra mujer con los mismos apellidos, pero no es Mónica, a usted tenían que haberle dicho que salió del coma, pero no que ha fallecido, la que ha muerto es otra mujer con los mismos apellidos, lo siento señor ha sido una confusión de números de teléfono y apellidos,usted perdone.
Ricardo como es lógico estaba lleno de ira:
- Pero como se han podido equivocar,¿donde está el médico? Voy a poner una denuncia.
Marta dijo:
- Tranquilo Ricardo, al menos no ha muerto miralo por el lado bueno.
Ricardo hablo con el médico y luego fue a ver a Mónica. Marta decidio esperar en el pasillo. Pasados 45 minutos Ricardo volvió.
-¿Qué comó está Mónica?
- A abierto los ojos, pero sigue sin reaccionar a todo lo demás, pero por lo menos es un primer paso para su recuperación.
- Si eso es bueno.
Aúnque en su interior Marta sabía que eso era un obstáculo para su relación con Ricardo y que si Mónica se recuperaba, él volvería con ella. Marta aún no sabía como, pero si que estaba dispuesta a no perder a Ricardo costara lo que costara. ¿Algo tenía que hacer? ¿Pero qué? Marta salió de sus pensamientos y le dijo a Ricardo:
- Hoy ha sido un día duro, vamos a tomar un café. Pago yo.
- Vale.
Fueron a un bar que había cerca del hospital, pidieron dos cafés y se sentaron en una mesa.Aquí también les esperaba otra sorpresa. Al parecer hoy era el día de las sorpresas.
Mientras tomaban el café entró por la puerta del bar un chico de unos 20 años con una camisa a rayas y un pantalón vaquero, se sentó, llegó el camarero y le pidió una cerveza y se dispuso a beberla. Hasta hay todo normal de no ser porque el chico dejó encima de la mesa un casco de moto rojo con el dibujo de una Luna llena. Ricardo lo vio y por segunda vez en un mismo día se volvió a llenar de ira. Marta vió su cara y comprendió que algo raro pasaba:
- ¿Qué pasa Ricardo?
- Ese chico de ahí, mira su casco. Ese es el mismo que dejó a Mónica en el hospital.
Marta miró y dijo:
- Oye, hoy estas un poco alterado por todo lo que ha pasado, no se te ha ocurrido pensar que debe de haber miles de cascos iguales como ese en el mundo.
- No, estoy seguro y sabes por qué. Pues porque busque información por internet sobre ese caso en concreto y resulta mira tu por donde que la fabrica que hizo ese modelo nunca hace dos iguales, con lo cual el que tenga ese casco es mi motorista y te lo voy a demostrar ahora mismo.
Ricardo se levantó con los ojos inyectados en sangre y se dirigió a la mesa donde estaba el chico tranquilamente tomando su cerveza.
- Levantate cabrón de mierda.
- Oye, ¿ tu de que coño vas?
- De que voy, tu eres un hijo de puta que se dedica a robar bolsos a mujeres con su moto sin importarles lo que les pase luego.
- Oye, creo que te confundes de tio.
- De eso nada cabrón, el casco,¿es tuyo?
- Sí.
- Entonces tu eres mi hombre.
- Oye espera, no se de que va esto, pero a mi me robaron el casco la semana pasada, por eso ya no lo dejo en la moto y me compré este en una tienda de segunda mano porque no tengo dinero para uno nuevo.
- Mientes.
Marta se acercó:
- Espera Ricardo, antes de hacer nada asegurate de que dice la verdad.
El chico dijo:
- Eso haz caso a tu novia y vete a casa con ella.
Ricardo habló:
-No voy a ir a ninguna parte, eres tu el que vas a venir conmigo a esa tienda de segunda mano, si lo compraste hace una semana se acordaran de ti.
- Tu estás mal de la cabeza yo no voy a ninguna parte.
- He dicho que vamos. ¡LEVANTATE Y COGE EL PUTO CASCO!
En vez de eso el chico rompió la botella de cerveza contra la mesa y con la mitad rota en un abrir y cerrar de ojos se levantó y agarró a Marta por el cuello y le colocó en el la botella medio rota:
- Mira tio, vas  a dejarme coger el casco y largarme en la moto o rajo el cuello a tu novia. ¿Tu decides?

- ¿Qué hará Ricardo?
- ¿Ha encontrado por fin al motorista?

No hay comentarios:

Publicar un comentario